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Inventos tecnológicos que pasaron a mejor vida

En la vida todos tenemos nuestros fracasos y éxitos y, en la historia de la tecnología, también los han habido y hemos podido comprobar que no se salva nadie, por muy grande que sea.

 

El primer fracaso habla del Minitel, creada por la compañía francesa PPT (hoy dividida en La Poste y France Télécom) en 1978. Esta creación fue todo un éxito y un elegante predecesor de la famosa World Wide Web. No nos confundamos, el fracaso viene cuando a Telia, en colaboración con IBM y Esselte, se les ocurre crear el estrepitoso Teleguide. Funcionaban con la red de telecomunicaciones videoetex y permitían al usuario comercializar, jugar, acceder a bases de datos o consultar el tiempo. Esto hubiera tenido un éxito increíble si no fuese porque se les ocurrió bastante tarde. Cuando decimos tarde, hablamos de que el producto salió a la venta (1991) un año después de que la World Wide Web (WWW) decidiera salir a comerse el mundo de la comunicación. Además, ni siquiera sus creadores tenían la esperanza en este producto, ya que dejaron todos estos servicios en estado de desarrollo. Aun nos preguntamos cómo estas grandes empresas decidieron invertir tanto en un producto acabado. Como si se le ocurriera a BMW invertir todos sus esfuerzos en un modelo con las mismas exigencias tecnológicas que un SEAT 600.

 

El siguiente fracaso es de la todopoderosa Apple. ¡Sí! La manzana más famosa del mundo también conoció el fracaso. Uno de ellos es el Apple Newton, lanzado al mercado en 1993, siendo el primer dispositivo móvil con pantalla táctil. Realmente era una PDA (Personal Digital Assistant) con una plataforma digital. La idea del producto es buena, pero le sucedió justo lo contrario que al Teleguide, vió la luz 15 años antes. Suena raro, pero a veces el mundo no está preparado para algunas ideas revolucionarias, la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada y la cultura de llevar equipos tecnológicos en el bolsillo no era muy popular. Aun así, su precio en tienda se encargó de hundirlo sólo, ya que en su lanzamiento nos costaba más que un iPhone X actualmente. Sus problemas con el reconocimiento de escritura echaron atrás la compra a quien se lo pudiera permitir, así que el producto tenía todo el mérito de ser un fracaso, aunque fuera un fracaso incomprendido. Cuando Steve Jobs regresa a Apple se encarga de acabar con ella de un plumazo en 1998.

 

Hablemos de un fracaso más reciente. Las Google Glass Explorer (las famosas gafas de Google). Estas salieron en 2013 y su concepto era prometedor, puesto que eran gafas con realidad aumentada integradas y muchas funciones eran bastante interesantes. Llamó mucho la atención de la prensa y otros medios de comunicación, pero quizá le pasara como al Apple Newton, no estaban preparadas para salir. Eso de ponernos una tecnología en una parte sensible como los ojos no transmitía mucha confianza, es algo que jamás habíamos visto físicamente y causa un rechazo general de primeras. No les pareció un motivo suficiente para no lanzar la gran sorpresa al mercado, pero la sorpresa se la llevaron ellos cuando se dieron cuenta que lanzaron al mercado un trozo de plástico con cristales lleno de fallos acompañada de una crítica hostil que no daba tregua al nuevo producto del gigante tecnológico. Además, ocurriría lo de siempre, el precio no permitía que el que estuviera dispuesto a comprarlo pudiese hacerlo. El siguiente paso maestro de Google, tras la salida del producto, era que las empresas y los desarrolladores fueran poco a poco abandonando el proyecto sin hacer ruido para que la gente no se diera cuenta de que la ‘grande de internet’ había fracasado. Pero tenían tan pocas ganas de seguir escuchando críticas de las revolucionarias Google Glass que decidieron acabar con ellas tan solo a los dos años después de nacer. Sin embargo, no las des por muertas, lo más seguro es que vuelvan pronto dando guerra.

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